El Nuevo Pacto
Con la muerte de
Cristo, su resurrección y ascensión la promesa que Dios hizo a Adán y repitió a
Abraham permanece, pero las circunstancias han cambiado. En términos bíblicos,
vivimos en los "Últimos días" (2 Pedro 3:3; Santiago 5:3; Hebreos
1:2; Hechos 2:17).
Todo el propósito del Antiguo Pacto fue el de dirigir la atención hacia arriba, hacia realidades celestiales (Ex 25:9; Hechos 7:44; Heb 8:5) y hacia adelante en la historia hacia el sacrificio de Jesús en la cruz. Las viejas señales, la Pascua y la circuncisión, así como los demás sacrificios sangrientos y ceremonias han sido substituidos. Aunque aun vivimos en una relación de pacto con Dios, y las imágenes sangrientas de Cristo han sido reemplazadas por señales no sangrientas (recuerdos) y sellos.
Así como Dios hizo un pacto con Abraham, El prometió que más tarde vendría un Nuevo Pacto (Jer 31:31). Dios hizo este Nuevo Pacto en la sangre del Señor Jesucristo (Lucas 22:20).
El Señor Jesús de forma específica y consciente estableció "el Nuevo Pacto". El apostol Pablo dijo de si mismo, que el era "un siervo del Nuevo Pacto" (2 Cor 3:6).
¿Cómo puede ser si no hay sino un solo Pacto de la Gracia?
El Nuevo Pacto es nuevo si lo comparamos con Moisés, pero no si lo comparamos con Abraham.
Este es el tema de Gálatas 3:1-29; 4:21-31, y 2 Corintios 3:7-18 donde Pablo dice que la gloria del Viejo Pacto estaba desapareciendo, pero que la gloria del Nuevo Pacto es permanente.
El mensaje de los capítulos 3 al 10 de Hebreos es que el Viejo Pacto (bajo Moises) fue preparatorio del Nuevo Pacto.
El tema fundamental de Hebreos 11 es que Abraham tuvo una fe del Nuevo Pacto, esto es, anticipo una ciudad celestial y la redención que tenemos en Cristo (Hebreos 11:10).
Israel Definido
Hubo pues un Israel antes del Pacto Antiguo. Israel fue el nombre dado a Jacob. Esta es la primera vez que la palabra "Israel" aparece en las Escrituras, como conclusión a la historia de la lucha de Jacob (Gen 32:21-30).
Después de haber pasado la noche luchando con un hombre anónimo, y "cuando el hombre vio que no podía con El" (v.25), Jacob le pidió una bendición. A cambio, el luchador le puso a Jacob el nuevo nombre de Israel, el cual Él definió como "luchas con Dios y con los hombres."
Así pues, en la historia de la salvación, todos aquellos que provienen del patriarca Jacob son, en un amplio sentido, "Israel".
Tan solo dos capítulos después el término "Israel" es usado para describir el lugar y nombre de los hijos de Abraham, Isaac y Jacob (34:7). En Padam Aram, Dios de nuevo le bendice y le llama a Jacob "Israel" (35:9-10) y repite la promesa hecha a Abraham de ser Dios para Abraham y para sus hijos.
Todo esto parece apoyar la idea de que Israel significa "aquellos que físicamente descienden de Jacob." A excepción de que Jacob no es el principio de la historia. Antes de que hubiera un Israel ya hubo un Abraham y su milagroso hijo, Isaac (Rom 9), y antes de Abraham, dice Jesús, "YO SOY" (Juan 8:58). Fue a Abraham a quien Dios prometió "Yo seré tu Dios, y tú serás mi pueblo."
En efecto, Jesús les enseñó a los Judíos en Juan 8 que fue Él quien hizo la promesa a Abraham (Juan 8:56). Recuerda también que el primer cumplimiento de esa promesa no vino por "voluntad de varón", sino por el poder soberano de Dios al permitirle a Sara concebir en su anciana edad. Todos estos son factores importantes a recordar cuando nos acerquemos a la respuesta de Pablo a la pregunta , ¿Quien es el Israel de Dios?
Israel, Mi Hijo
En el Éxodo de Egipto Dios constituyó a los hijos de Jacob colectivamente como su "hijo".
"Jehovah ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogenito." (Ex 4:23).
Esta no es una declaración casual, sino una descripción deliberada del pueblo nacional. Los hijos de Jacob no son el Hijo de Dios por naturaleza, sino por adopción. Moisés niega que hubiera ninguna cualidad inherente en Israel que hiciera a los hijos de Jacob merecedores de ser llamados el pueblo de Dios.
"No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; si no por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehovah con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto." (Dt 7:7-8)
De acuerdo con este pasaje hay dos razones por las cuales Dios escogió a Israel, Su amor inmerecido y la promesa hecha a Abraham.
Israel Extraviado
Israel, sin embargo, no era hijo natural de Dios. Esto se vio claramente en el desierto, en Canaán y finalmente en la expulsión cuando Dios cambió el nombre de su "hijo" Israel por "Lo-ammi, no mi pueblo" (Oseas 1:9-10).
Dios desheredó a su "hijo" adoptado, temporal y nacional, Israel, como pueblo nacional precisamente, porque jamás fue la intención de Dios tener un pueblo terrenal permanente. Tras el cautiverio, ellos ya habían cumplido ampliamente su papel en la historia de la salvación. Como señal de este hecho, el Espíritu-Gloria partió del templo. Esto sucedió porque su principal función fue la de servir como modelo y sombra del hijo natural de Dios, Jesús el Mesías (Hebreos 10:1-4).
Jesús, el Israel de Dios
Jesús es el verdadero Israel de Dios y que todo aquel que está unido a Él, solo por gracia, solo por medio de la fe, viene a ser por virtud de esa unión el verdadero Israel de Dios. Esto significa que es erróneo buscar, esperar, anhelar o desear una reconstitución de un Israel nacional en el futuro. La Iglesia del Nuevo Pacto no es algo que Dios instituyó hasta que Él pudiera volver a crear un pueblo nacional en Palestina, sino que más bien Dios solo tuvo un pueblo nacional temporalmente (desde Moisés hasta Cristo) como preludio y avance de la creación del Nuevo Pacto en el cual las distinciones étnicas que hubo bajo Moisés fueron completadas y abolidas (Efesios 2:11-22; Colosenses 2:8-3:11).
Mateo 2:15
En el texto Hebreo la expresión "fuera de Egipto" ocurre más de 140 veces. Esta es una evidencia más de la existencia de un Israel nacional. Cuando Dios dio la Ley dijo, "Yo soy Yahveh tu Dios quien te sacó de la tierra de Egipto." Eran un pueblo redimido que pertenecía a su Salvador.
Esto es aún más significativo cuando Mateo 2:15 cita Oseas 11:1. La Escritura dice,
Y El, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: "De Egipto llamé a mi Hijo."
Herodes estaba a punto de descargar su rabia sangrienta contra los primogénitos de los judíos.
La interpretación inspirada que Mateo hace de las Escrituras Hebreas debe regular nuestra interpretación de las Escrituras, y según la interpretación de Mateo nuestro Señor Jesús es el verdadero Israel de Dios, no el pueblo temporal y nacional de Israel.
En efecto, no es nada exagerado decir que la única razón por la cual Dios orquestó el primer Éxodo fue para poder orquestar el segundo Éxodo y que así pudiéramos conocer que Jesús es el verdadero Hijo de Dios y que todos los cristianos son el Israel de Dios sin considerar su etnia.
Dado que Jesús es el verdadero Israel de Dios, por eso en su infancia y de hecho en toda su vida, recapitula la historia del Israel nacional. Todo aquello que el Israel nacional rebelde no hizo y no haría, Jesús lo hizo: El amó a Dios con todo su corazón, su alma, su mente y sus fuerzas y a su prójimo como a si mismo (Mateo 22:37-40).
Gálatas
3:16
De forma similar, el
apóstol Pablo argumenta muy claramente que las promesas hechas a Abraham tienen
su cumplimiento en Cristo. Gálatas 3:16 dice,
Pablo explica lo que
quiere decir. Las promesas hechas a Abraham fueron promesas del evangelio del
Nuevo Testamento. Fueron dadas antes de Moisés y fueron cumplidas en Cristo.
Jesús es el verdadero hijo de Abraham, El es "la simiente" prometida
a Abraham.
El propósito de la
Ley dada a Moisés fue el enseñar al Israel nacional y a nosotros la seriedad de
nuestro pecado y nuestra miseria (Gálatas 3:22). La Ley administrada a través
de Moisés no cambia fundamentalmente la promesa del evangelio dada a Abraham (3:17-20).
El Nuevo Pacto no es si no el cumplimiento y la renovación del Pacto con
Abraham, y el Pacto con Abraham no fue más que el cumplimiento y la renovación
del pacto de Gracia hecho con Adam después de la caída.
Jesús,
el Salvador de Israel
Hechos
13:23
Los
Hijos de Abraham
El continuo diciendo
que "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres."
(vv.31-32) a lo que ellos responden señalando que ellos son descendencia física
de Abraham (v.33).
A esto Jesús
responde, "Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais"
(v.39). Esta es pues la definición que el Señor hace de un hijo de Abraham, un
Judío, o Israel: Quien hace las cosas que Abraham hizo.
¿Qué hizo Abraham? Según Jesús, "Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozo" (v.56). Según Jesús el Mesías, un Judío, un verdadero Israelita es aquel que tiene fe salvadora en el Señor Jesús ya sea antes o después de su encarnación. Esta es solo otra forma de decir que Jesús es "el camino, la verdad y la vida" y que "nadie viene al Padre" sino por El (Juan 14:6). Este versículo también se aplica a Abraham, Isaac y Jacob así como a cualquiera.
¿Qué hizo Abraham? Según Jesús, "Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozo" (v.56). Según Jesús el Mesías, un Judío, un verdadero Israelita es aquel que tiene fe salvadora en el Señor Jesús ya sea antes o después de su encarnación. Esta es solo otra forma de decir que Jesús es "el camino, la verdad y la vida" y que "nadie viene al Padre" sino por El (Juan 14:6). Este versículo también se aplica a Abraham, Isaac y Jacob así como a cualquiera.
Luego, no debiera
sorprendernos encontrar básicamente la misma enseñanza en la teología del Apóstol
Pablo. En Romanos 4, Pablo dice que uno es justificado de la misma manera que
Abraham fue justificado, solo por gracia, y solo a través de la fe en Jesús
(Romanos 4:3-8).
¿Y que de los
Gentiles? Pablo pregunta, "¿Cuando fue Abraham justificado? ¿Bajo
qué circunstancias? ¿Antes o después de ser circuncidado? No fue después,
sino antes!" (Romanos 4:11).
"para que
fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a
ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los
que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de
la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado." (Romanos
4:11-12).
Por lo tanto estas
dos preguntas están íntimamente relacionadas. La Justicia ante Dios "viene
por fe" (Romanos 4:16), no por guardar la Ley, ni por ser étnicamente
Judío,
Esto es así porque,
como dijo en Romanos capítulo 2,
Cristo no vino para
reinstalar y fijar la Teocracia Mosaica o a establecer un reino terrenal Judío
milenial, sino a salvar pecadores Judíos y Gentiles y a hacerles, solo por
gracia, solo a través de la fe, y solo en Cristo, hijos de Abraham.
La
Pared Intermedia Derribada (Efesios 2:11-22)
El pueblo de Dios fue
un pueblo internacional desde Adán hasta Moisés.
Bajo Moisés el pueblo
de Dios fue temporalmente una nación.
Dios instituyó unas
leyes especiales, civiles y ceremoniales, para separar a su pueblo nacional de
los paganos gentiles. En Efesios 2:14 el Apóstol Pablo describe estas leyes
civiles y ceremoniales como la "pared intermedia" entre Judíos y
Gentiles. Por causa de esa pared intermedia los Gentiles, considerados como
pueblo, estaban "sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos
a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo" (2:12).
Ahora, sin embargo,
por causa de la muerte de Cristo, Pablo les asegura a los cristianos gentiles
que "vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos
cercanos por la sangre de Cristo" (V.13).
¿Cómo? A través de su
muerte, Cristo ha destruido la pared intermedia, ha rasgado el velo del templo,
ha destruido y restaurado el templo en tres días mediante su resurrección (Juan
2:19),
"aboliendo
en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en si mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo
la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo,
matando en ella las enemistades" (Efesios
2:15-16).
Ahora, por virtud de
nuestra unión con Cristo, tanto los cristianos Judíos como los Gentiles son
"conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios"
(Efesios 2:19); "Porque nosotros somos la circuncisión, los que en
espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza
en la carne" (Filipenses 3:3).
¿Por qué? Porque
"nuestra ciudadanía está en los cielos" (Filipenses 3:20).
¿Cómo es pues que el
Premilenialismo, teniendo dos pueblos de Dios paralelos, no reconstruye esa
pared intermedia de separación que Jesús destruyó con su muerte?
No
Todo Israel es Israel (Romanos 9)
"No que la
palabra de Dios haya fallado" (Romanos 9:6). La razón por la cual solo
algunos Judíos hayan creído en Jesús como el Mesías es porque "no
todo Israel es Israel. No por el hecho de ser descendientes de Abraham son
todos sus hijos."
Más bien los hijos de
Abraham son contados "a través de Isaac" (9:7). Esto quiere decir que
"no son los hijos naturales los que son de Dios, sino los hijos de la
promesa" (v.8).
¿Como nació Isaac?
Por el soberano poder de Dios. ¿Cómo nacen los Cristianos? Por el
soberano poder de Dios. Cada cristiano es un "Isaac" en cierto
sentido. ¿Por qué es así? Por que
¿Cómo puede ser esto?
Esto es porque Dios "Tendré misericordia del que yo tenga
misericordia, y me compadecere del que yo me compadezca" (Rom
9:15).
¿Es Dios injusto? De
acuerdo con el apóstol Pablo, como criaturas, no tenemos "derechos"
delante de Dios. Dios es el alfarero, nosotros el barro, pero los Cristianos
son barro redimido, objetos de misericordia, preparados de antemano para la
gloria. Debemos evaluar nuestra condición teniendo como telón de fondo la
paciencia de Dios con esos objetos de ira preparados para destrucción (Romanos
9:22-23).
Estas vasijas
preparadas para la gloria son tomadas tanto de entre los Judíos como de entre
los Gentiles (Romanos 9:24). Esto es lo que Él prometió en Oseas. El ha hecho
de aquellos que fueran una vez "Lo-ammi", "no mi pueblo", o
sea los Gentiles, que ahora fuesen "hijos del Dios vivo" (Oseas 2:23;
1:10; Romanos 9:25-26).
La razón por la cual
los Gentiles, que estaban sin la Ley, hayan "obtenido justicia", y
que Israel que si la adquirió por Ley no la tenga, es porque la justificación
no es por las obras, sino por gracia (Romanos 9:32). Ellos se tropezaron con
Jesús, la piedra de tropiezo. El no encajo con sus planes nacionalistas, y
tampoco encaja con los planes nacionalistas/Sionistas del
Premilenialismo.
No es que Pablo no
quiera que los Judíos no sean salvos, sino que les dice esto porque quiere que
los Judíos también se salven. La única manera de que un descendiente físico de
Abraham, Isaac y Jacob sea un verdadero Israelita es unirse al verdadero Israel
de Dios, a Jesús, por medio de la fe. "Porque no hay diferencia
entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con
todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor,
sera salvo" (Romanos 10:12-13). "No todos los Israelitas han
aceptado el Evangelio."
¿Ha rechazado
Dios a su pueblo? No, los escogidos son su pueblo, y todos los escogidos serán
salvos. Hay también Judíos creyentes. Pablo se pone a él mismo como ejemplo
(Romanos 11:1). el es parte del remanente escogido que no ha doblado su rodilla
ante Baal. "Así también aun en este tiempo ha quedado un
remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra
manera la gracia ya no es gracia" (Romanos 11:5-6). Lo que Israel
buscó ansiosamente no lo obtuvo, pero los escogidos si. Los demás fueron endurecidos.
La elección de Dios
de unos y la reprobación de otros son dos hechos de la historia de la redención
que Pablo saca a la luz con la pregunta " ¿Quien es el Israel de
Dios?" Y de nuevo enseña: La salvación es solo por gracia, solo por medio
de la fe, y solo en Cristo; y "Lo que buscaba Israel, no lo ha
alcanzado; pero los escogidos si lo han alcanzado, y los demás fueron
endurecidos" (Rom 11:7).
“¿Ha acabado Dios de
salvar Judíos? De ninguna manera. La salvación ha venido a los Gentiles
para "provocar a Israel a celos" (Rom 11:11). Los
Gentiles, por el favor inmerecido de Dios, han sido injertados al Israel de
Dios. Y "ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo"
(Romanos 11:25-26).
Los
Cristianos son el Israel de Dios en Cristo
Galatas
6:16
1 Pedro 2:9-10
Hebreos
8:8-10
Conclusion
¿Ama a los Judíos el
Dios de Abraham, Isaac y Jacob? Si. ¿Tiene un plan para los Judíos?
Si, el mismo plan que prometió a Adán, la simiente de la mujer, el
mismo plan que prometió a Abraham, "la Simiente." Esa simiente es
una: Cristo. El es el Santo de Israel, El es el Israel de Dios. El hizo lo que
Adán no hizo. El hizo lo que un Israel terco no quisiera ni pudiera haber
hecho. El sirvió al Señor con todo su corazón, alma, mente y fuerzas.
Muchos de los Judíos,
de todas formas, no estaban buscando un Salvador. Buscaban un rey. Jesús es
Rey, pero gano su trono mediante su obediencia y muerte, y eso no es lo que
ellos querían. Ellos querían gloria, poder y un reino teocrático, político, y
físico en esta tierra.
Jesús ha establecido
su reino, a través de la predicación del Evangelio y la administración de los
sacramentos. Este reino puede que no sea tan emocionante como gobernar desde
Jerusalén durante una era dorada en la tierra, pueda que no venda tantos libros
ni llene tantas butacas en los cines, pero el mundo nunca ha encontrado al
Jesús de las Escrituras muy interesante. Por eso El es piedra de tropiezo para
los Judíos Sionistas y locura para los Griegos. Para los Cristianos, sin
embargo, El es el Cristo, "poder de Dios, y sabiduría de Dios" (1 Corintios
1:24).
BIBLIOGRAFIA:
"El
Israel de Dios"
R.Scott Clark- Professor of Church
History and Theology History, Mr. Hugh MacCann
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