LA VERDAD

Este sitio es acerca la teología reformada tal como fue enseñada por los grandes e influyentes reformadores del siglo 16. El trabajo de ellos cambió la forma de ver el Cristianismo en términos de teología y liturgia. Fueron ellos que viendo la corrupción en la existente iglesia Católica desearon reformarla de acuerdo a Escritura, trayendo consigo la mas grande revolución religiosa y social que la historia de la iglesia haya sido testigo. Su legado sigue hoy en este siglo, y su influencia cambió Europa y dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

viernes, julio 13, 2012

EL ISRAEL DE DIOS (2)



El Nuevo Pacto

Con la muerte de Cristo, su resurrección y ascensión la promesa que Dios hizo a Adán y repitió a Abraham permanece, pero las circunstancias han cambiado. En términos bíblicos, vivimos en los "Últimos días" (2 Pedro 3:3; Santiago 5:3; Hebreos 1:2; Hechos 2:17).

Todo el propósito del Antiguo Pacto fue el de dirigir la atención hacia arriba, hacia realidades celestiales (Ex 25:9; Hechos 7:44; Heb 8:5) y hacia adelante en la historia hacia el sacrificio de Jesús en la cruz. Las viejas señales, la Pascua y la circuncisión, así como los demás sacrificios sangrientos y ceremonias han sido substituidos. Aunque aun vivimos en una relación de pacto con Dios, y las imágenes sangrientas de Cristo han sido reemplazadas por señales no sangrientas (recuerdos) y sellos.

Así como Dios hizo un pacto con Abraham, El prometió que más tarde vendría un Nuevo Pacto (Jer 31:31). Dios hizo este Nuevo Pacto en la sangre del Señor Jesucristo (Lucas 22:20). 


El Señor Jesús de forma específica y consciente estableció "el Nuevo Pacto". El apostol Pablo dijo de si mismo, que el era "un siervo del Nuevo Pacto" (2 Cor 3:6). 

¿Cómo puede ser si no hay sino un solo Pacto de la Gracia? 

El Nuevo Pacto es nuevo si lo comparamos con Moisés, pero no si lo comparamos con Abraham.

Este es el tema de Gálatas 3:1-29; 4:21-31, y 2 Corintios 3:7-18 donde Pablo dice que la gloria del Viejo Pacto estaba desapareciendo, pero que la gloria del Nuevo Pacto es permanente. 


El mensaje de los capítulos 3 al 10 de Hebreos es que el Viejo Pacto (bajo Moises) fue preparatorio del Nuevo Pacto. 

El tema fundamental de Hebreos 11 es que Abraham tuvo una fe del Nuevo Pacto, esto es, anticipo una ciudad celestial y la redención que tenemos en Cristo (Hebreos 11:10).

Israel Definido

Hubo pues un Israel antes del Pacto Antiguo. Israel fue el nombre dado a Jacob. Esta es la primera vez que la palabra "Israel" aparece en las Escrituras, como conclusión a la historia de la lucha de Jacob (Gen 32:21-30).

Después de haber pasado la noche luchando con un hombre anónimo, y "cuando el hombre vio que no podía con El" (v.25), Jacob le pidió una bendición. A cambio, el luchador le puso a Jacob el nuevo nombre de Israel, el cual Él definió como "luchas con Dios y con los hombres."

Así pues, en la historia de la salvación, todos aquellos que provienen del patriarca Jacob son, en un amplio sentido, "Israel". 


Tan solo dos capítulos después el término "Israel" es usado para describir el lugar y nombre de los hijos de Abraham, Isaac y Jacob (34:7). En Padam Aram, Dios de nuevo le bendice y le llama a Jacob "Israel" (35:9-10) y repite la promesa hecha a Abraham de ser Dios para Abraham y para sus hijos.

Todo esto parece apoyar la idea de que Israel significa "aquellos que físicamente descienden de Jacob." A excepción de que Jacob no es el principio de la historia. Antes de que hubiera un Israel ya hubo un Abraham y su milagroso hijo, Isaac (Rom 9), y antes de Abraham, dice Jesús, "YO SOY" (Juan 8:58). Fue a Abraham a quien Dios prometió "Yo seré tu Dios, y tú serás mi pueblo."

En efecto, Jesús les enseñó a los Judíos en Juan 8 que fue Él quien hizo la promesa a Abraham (Juan 8:56). Recuerda también que el primer cumplimiento de esa promesa no vino por "voluntad de varón", sino por el poder soberano de Dios al permitirle a Sara concebir en su anciana edad. Todos estos son factores importantes a recordar cuando nos acerquemos a la respuesta de Pablo a la pregunta , ¿Quien es el Israel de Dios?

Israel, Mi Hijo

En el Éxodo de Egipto Dios constituyó a los hijos de Jacob colectivamente como su "hijo". 

"Jehovah ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogenito." (Ex 4:23).

Esta no es una declaración casual, sino una descripción deliberada del pueblo nacional. Los hijos de Jacob no son el Hijo de Dios por naturaleza, sino por adopción. Moisés niega que hubiera ninguna cualidad inherente en Israel que hiciera a los hijos de Jacob merecedores de ser llamados el pueblo de Dios. 

"No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; si no por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado  Jehovah con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto." (Dt 7:7-8)

De acuerdo con este pasaje hay dos razones por las cuales Dios escogió a Israel, Su amor inmerecido y la promesa hecha a Abraham.

Israel Extraviado

Israel, sin embargo, no era hijo natural de Dios. Esto se vio claramente en el desierto, en Canaán y finalmente en la expulsión cuando Dios cambió el nombre de su "hijo" Israel por "Lo-ammi, no mi pueblo" (Oseas 1:9-10).

Dios desheredó a su "hijo" adoptado, temporal y nacional, Israel, como pueblo nacional precisamente, porque jamás fue la intención de Dios tener un pueblo terrenal permanente. Tras el cautiverio, ellos ya habían cumplido ampliamente su papel en la historia de la salvación. Como señal de este hecho, el Espíritu-Gloria partió del templo. Esto sucedió  porque su principal función fue la de servir como modelo y sombra del hijo natural de Dios, Jesús el Mesías (Hebreos 10:1-4).

Jesús, el Israel de Dios

Jesús es el verdadero Israel de Dios y que todo aquel que está unido a Él, solo por gracia, solo por medio de la fe, viene a ser por virtud de esa unión el verdadero Israel de Dios. Esto significa que es erróneo buscar, esperar, anhelar o desear una reconstitución de un Israel nacional en el futuro. La Iglesia del Nuevo Pacto no es algo que Dios instituyó hasta que Él pudiera volver a crear un pueblo nacional en Palestina, sino que más bien Dios solo tuvo un pueblo nacional temporalmente (desde Moisés hasta Cristo) como preludio y avance de la creación del Nuevo Pacto en el cual las distinciones étnicas que hubo bajo Moisés fueron completadas y abolidas (Efesios 2:11-22; Colosenses 2:8-3:11).

Mateo 2:15

En el texto Hebreo la expresión "fuera de Egipto" ocurre más de 140 veces. Esta es una evidencia más de la existencia de un Israel nacional. Cuando Dios dio la Ley dijo, "Yo soy Yahveh tu Dios quien te sacó de la tierra de Egipto." Eran un pueblo redimido que pertenecía a su Salvador.

Esto es aún más significativo cuando Mateo 2:15 cita Oseas 11:1. La Escritura dice,

Y El, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allí  hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: "De Egipto llamé a mi Hijo."

Herodes estaba a punto de descargar su rabia sangrienta contra los primogénitos de los judíos. 

La interpretación inspirada que Mateo hace de las Escrituras Hebreas debe regular nuestra interpretación de las Escrituras, y según la interpretación de Mateo nuestro Señor Jesús es el verdadero Israel de Dios, no el pueblo temporal y nacional de Israel. 

En efecto, no es nada exagerado decir que la única razón por la cual Dios orquestó el primer Éxodo fue para poder orquestar el segundo Éxodo y que así pudiéramos conocer que Jesús es el verdadero Hijo de Dios y que todos los cristianos son el Israel de Dios sin considerar su etnia.

Dado que Jesús es el verdadero Israel de Dios, por eso en su infancia y de hecho en toda su vida, recapitula la historia del Israel nacional. Todo aquello que el Israel nacional rebelde no hizo y no haría, Jesús lo hizo: El amó a Dios con todo su corazón, su alma, su mente y sus fuerzas y a su prójimo como a si mismo (Mateo 22:37-40).

Gálatas 3:16

De forma similar, el apóstol Pablo argumenta muy claramente que las promesas hechas a Abraham tienen su cumplimiento en Cristo. Gálatas 3:16 dice,
"Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo."

Pablo explica lo que quiere decir. Las promesas hechas a Abraham fueron promesas del evangelio del Nuevo Testamento. Fueron dadas antes de Moisés y fueron cumplidas en Cristo. Jesús es el verdadero hijo de Abraham, El es "la simiente" prometida a Abraham.

El propósito de la Ley dada a Moisés fue el enseñar al Israel nacional y a nosotros la seriedad de nuestro pecado y nuestra miseria (Gálatas 3:22). La Ley administrada a través de Moisés no cambia fundamentalmente la promesa del evangelio dada a Abraham (3:17-20). El Nuevo Pacto no es si no el cumplimiento y la renovación del Pacto con Abraham, y el Pacto con Abraham no fue más que el cumplimiento y la renovación del pacto de Gracia hecho con Adam después de la caída.

Jesús, el Salvador de Israel

Hechos 13:23
Parte de la confusión que conlleva el tema del plan de Dios en la historia, y por lo tanto parte de la razón por la cual los cristianos están tan confundidos sobre el plan de Dios para el futuro de su pueblo, viene porque muchos no comprenden que vino a hacer Jesús por el Israel nacional. Jesús no vino a establecer un reino Judío terrenal y nacional, sino que vino a ser su Salvador y el Salvador de todo el Pueblo de Dios, fueran judíos o gentiles.

Nuestro Señor, antes de su encarnación, se identificó a sí mismo con Israel a través del profeta Isaías (43:3) como "el Santo de Israel", su "Salvador." Este es el mismo asunto que el apóstol Pedro trató en su gran sermón de Pentecostés, que David no es el Rey, ya que está muerto. Jesús, puesto que vive, es el Rey y fue sobre Jesús que David profetizó (Hechos 2:19-34).
Más tarde, en otro sermón, Pedro dijo que Dios había ahora "exaltado" a Jesús "a su propia mano derecha como Príncipe y Salvador, para que pudiera darle a Israel arrepentimiento y perdón de pecados."

Los Hijos de Abraham

Con todo este trasfondo, ahora estamos en situación de responder a las preguntas, " Quienes son los hijos de Abraham?" y "¿Quien es el Israel de Dios?" Jesús dijo,
"Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mi­ mismo, sino que según me enseñó el Padre, así­ hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada." (Juan 8:28-29).

El continuo diciendo que "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (vv.31-32) a lo que ellos responden señalando que ellos son descendencia física de Abraham (v.33).

A esto Jesús responde, "Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais" (v.39). Esta es pues la definición que el Señor hace de un hijo de Abraham, un Judío, o Israel: Quien hace las cosas que Abraham hizo. 

¿Qué hizo Abraham? Según Jesús, "Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozo" (v.56). Según Jesús el Mesías, un Judío, un verdadero Israelita es aquel que tiene fe salvadora en el Señor Jesús ya sea antes o después de su encarnación. Esta es solo otra forma de decir que Jesús es "el camino, la verdad y la vida" y que "nadie viene al Padre" sino por El (Juan 14:6). Este versículo también se aplica a Abraham, Isaac y Jacob así­ como a cualquiera.

Luego, no debiera sorprendernos encontrar básicamente la misma enseñanza en la teología del Apóstol Pablo. En Romanos 4, Pablo dice que uno es justificado de la misma manera que Abraham fue justificado, solo por gracia, y solo a través de la fe en Jesús (Romanos 4:3-8).

¿Y que de los Gentiles? Pablo pregunta, "¿Cuando fue Abraham justificado?  ¿Bajo qué circunstancias? ¿Antes o después de ser circuncidado?  No fue después, sino antes!" (Romanos 4:11).

"para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado." (Romanos 4:11-12).

Por lo tanto estas dos preguntas están íntimamente relacionadas. La Justicia ante Dios "viene por fe" (Romanos 4:16), no por guardar la Ley, ni por ser étnicamente Judío,
"para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros" (Romanos 4:16)

Esto es así­ porque, como dijo en Romanos capítulo 2,
"es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios" (Romanos 2:29).

Cristo no vino para reinstalar y fijar la Teocracia Mosaica o a establecer un reino terrenal Judío milenial, sino a salvar pecadores Judíos y Gentiles y a hacerles, solo por gracia, solo a través de la fe, y solo en Cristo, hijos de Abraham.

La Pared Intermedia Derribada (Efesios 2:11-22)

El movimiento de la historia de la redención se da en este orden. 
El pueblo de Dios fue un pueblo internacional desde Adán hasta Moisés. 
Bajo Moisés el pueblo de Dios fue temporalmente una nación. 
Dios instituyó unas leyes especiales, civiles y ceremoniales, para separar a su pueblo nacional de los paganos gentiles. En Efesios 2:14 el Apóstol Pablo describe estas leyes civiles y ceremoniales como la "pared intermedia" entre Judíos y Gentiles. Por causa de esa pared intermedia los Gentiles, considerados como pueblo, estaban "sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo" (2:12).

Ahora, sin embargo, por causa de la muerte de Cristo, Pablo les asegura a los cristianos gentiles que "vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo" (V.13). 
¿Cómo? A través de su muerte, Cristo ha destruido la pared intermedia, ha rasgado el velo del templo, ha destruido y restaurado el templo en tres días mediante su resurrección (Juan 2:19), 

"aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en si­ mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades" (Efesios 2:15-16).

Ahora, por virtud de nuestra unión con Cristo, tanto los cristianos Judíos como los Gentiles son "conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios" (Efesios 2:19); "Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne" (Filipenses 3:3).  

¿Por qué? Porque "nuestra ciudadanía está en los cielos" (Filipenses 3:20).  

¿Cómo es pues que el Premilenialismo, teniendo dos pueblos de Dios paralelos, no reconstruye esa pared intermedia de separación que Jesús destruyó con su muerte?

No Todo Israel es Israel (Romanos 9)
Uno de los lugares más claros en las Escrituras en cuanto a este tema es Romanos 9. El contexto de este pasaje es la misma pregunta que estamos tratando ahora, ¿qué sucede con Israel?  ¿Quién es el Israel de Dios?  ¿Ha abandonado Dios su promesa con Abraham?  La respuesta de Pablo es que un Judío es quien lo es interiormente, quien ama al Salvador de Abraham. Puesto que Cristo fue circuncidado (Colosenses 2:11-12) por nosotros en la cruz, la circuncisión es moral y espiritualmente indiferente.

"No que la palabra de Dios haya fallado" (Romanos 9:6). La razón por la cual solo algunos Judíos hayan creído en Jesús como el Mesías es porque "no todo Israel es Israel. No por el hecho de ser descendientes de Abraham son todos sus hijos." 

Más bien los hijos de Abraham son contados "a través de Isaac" (9:7). Esto quiere decir que "no son los hijos naturales los que son de Dios, sino los hijos de la promesa" (v.8). 
¿Como nació Isaac? Por el soberano poder de Dios.  ¿Cómo nacen los Cristianos? Por el soberano poder de Dios. Cada cristiano es un "Isaac" en cierto sentido.  ¿Por qué es así­? Por que

"-pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama-, se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob ame, mas a Esau aborrecí." (Malaqui­as 1:2; Romanos 9:11-13).

¿Cómo puede ser esto? Esto es porque Dios "Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadecere del que yo me compadezca" (Rom 9:15). 
"Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraon: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece". (Rom 9:16-18).

¿Es Dios injusto? De acuerdo con el apóstol Pablo, como criaturas, no tenemos "derechos" delante de Dios. Dios es el alfarero, nosotros el barro, pero los Cristianos son barro redimido, objetos de misericordia, preparados de antemano para la gloria. Debemos evaluar nuestra condición teniendo como telón de fondo la paciencia de Dios con esos objetos de ira preparados para destrucción (Romanos 9:22-23). 

Estas vasijas preparadas para la gloria son tomadas tanto de entre los Judíos como de entre los Gentiles (Romanos 9:24). Esto es lo que Él prometió en Oseas. El ha hecho de aquellos que fueran una vez "Lo-ammi", "no mi pueblo", o sea los Gentiles, que ahora fuesen "hijos del Dios vivo" (Oseas 2:23; 1:10; Romanos 9:25-26).

La razón por la cual los Gentiles, que estaban sin la Ley, hayan "obtenido justicia", y que Israel que si­ la adquirió por Ley no la tenga, es porque la justificación no es por las obras, sino por gracia (Romanos 9:32). Ellos se tropezaron con Jesús, la piedra de tropiezo. El no encajo con sus planes nacionalistas, y  tampoco encaja  con los planes nacionalistas/Sionistas del Premilenialismo.

No es que Pablo no quiera que los Judíos no sean salvos, sino que les dice esto porque quiere que los Judíos también se salven. La única manera de que un descendiente físico de Abraham, Isaac y Jacob sea un verdadero Israelita es unirse al verdadero Israel de Dios, a Jesús, por medio de la fe. "Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, sera salvo" (Romanos 10:12-13). "No todos los Israelitas han aceptado el Evangelio."

 ¿Ha rechazado Dios a su pueblo? No, los escogidos son su pueblo, y todos los escogidos serán salvos. Hay también Judíos creyentes. Pablo se pone a él mismo como ejemplo (Romanos 11:1). el es parte del remanente escogido que no ha doblado su rodilla ante Baal. "Así­ también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia" (Romanos 11:5-6). Lo que Israel buscó ansiosamente no lo obtuvo, pero los escogidos si­. Los demás fueron endurecidos.

La elección de Dios de unos y la reprobación de otros son dos hechos de la historia de la redención que Pablo saca a la luz con la pregunta " ¿Quien es el Israel de Dios?" Y de nuevo enseña: La salvación es solo por gracia, solo por medio de la fe, y solo en Cristo; y "Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos si­ lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos" (Rom 11:7).

“¿Ha acabado Dios de salvar Judíos? De ninguna manera. La salvación ha venido a los Gentiles para "provocar a Israel a celos" (Rom 11:11). Los Gentiles, por el favor inmerecido de Dios, han sido injertados al Israel de Dios. Y "ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo" (Romanos 11:25-26).

Los Cristianos son el Israel de Dios en Cristo

Galatas 6:16
Dado este trasfondo, no debiera sorprendernos nada el hecho de que los apóstoles llamaran a ambos, judíos y Gentiles, "el Israel de Dios." Este es el lenguaje de Pablo refiriendose a la congregación mezclada de Galacia.

1 Pedro 2:9-10
El apóstol Pedro usa el mismo tipo de lenguaje para describir las congregaciones de mayoría gentil en Asia Menor, a quienes escribe diciendo, "vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia."

Hebreos 8:8-10
Según el escritor a los Hebreos, aquellos que invocaren el nombre de Cristo son "la Casa de Israel." Cualquiera que haya creído en Cristo es un heredero de las promesas del Nuevo Pacto.

Conclusion

¿Ama a los Judíos el Dios de Abraham, Isaac y Jacob? Si­.  ¿Tiene un plan para los Judíos?   Si­, el mismo plan que prometió a Adán, la simiente de la mujer, el mismo plan que prometió a Abraham, "la Simiente." Esa simiente es una: Cristo. El es el Santo de Israel, El es el Israel de Dios. El hizo lo que Adán no hizo. El hizo lo que un Israel terco no quisiera ni pudiera haber hecho. El sirvió al Señor con todo su corazón, alma, mente y fuerzas.

Muchos de los Judíos, de todas formas, no estaban buscando un Salvador. Buscaban un rey. Jesús es Rey, pero gano su trono mediante su obediencia y muerte, y eso no es lo que ellos querían. Ellos querían gloria, poder y un reino teocrático, político, y físico en esta tierra. 

Jesús ha establecido su reino, a través de la predicación del Evangelio y la administración de los sacramentos. Este reino puede que no sea tan emocionante como gobernar desde Jerusalén durante una era dorada en la tierra, pueda que no venda tantos libros ni llene tantas butacas en los cines, pero el mundo nunca ha encontrado al Jesús de las Escrituras muy interesante. Por eso El es piedra de tropiezo para los Judíos Sionistas y locura para los Griegos. Para los Cristianos, sin embargo, El es el Cristo, "poder de Dios, y sabiduría de Dios" (1 Corintios 1:24).



BIBLIOGRAFIA:


"El Israel de Dios"
R.Scott Clark- Professor of Church History and Theology History,  Mr. Hugh MacCann



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